
La zona centro sur del país se ha visto afectada durante las últimas horas por unos de los sistemas frontales más complejos de los últimos 20 años, aspecto que llevó al Ministerio de Educación a decretar la suspensión de clases en siete regiones para este jueves 13 y viernes 14 de junio. Esta suspensión es por fuerza mayor y, en palabras de la ministra subrogante Alejandra Arratia, se establece con el objetivo de garantizar “la seguridad de las comunidades educativas y el bien superior de los niños, niñas, jóvenes que estudian”.
Sin embargo, en distintos establecimientos educativos de carácter particular pareciera ser que la seguridad de algunos trabajadores y trabajadoras no es tan importante, especialmente, la de auxiliares a quienes se les obliga asistir para cumplir tareas de orden y limpieza.
Lo contradictorio es que este estamento es el que generalmente presenta mayores dificultades para llegar a sus lugares de trabajo, sobre todo en días como estos, ya que en su gran mayoría no cuentan con vehículos propios y viven a extensas distancias de los respectivos colegios.
Como consecuencia, este jueves muchos de ellos y ellas han debido destinar largas horas para trasladarse a los establecimientos educacionales, sorteando calles colapsadas por una lluvia que, además ha anegado pasos bajo de nivel, producido cortes de semáforo e incluso generado graves accidentes en distintas comunas de las regiones afectadas.
Frente a lo anterior, como Federación de Sindicatos de Colegios Particulares (FESICOP) no podemos hacer más que reprochar la decisión tomada por diferentes sostenedores de colegios particulares, quienes han tomado una medida irresponsable frente a un escenario que ya entró a la categoría de “Estado de Catástrofe”.
Invitamos a los centros de estudiantes, organizaciones de apoderados y apoderadas, así como también a los respectivos sindicatos a expresarse en sus comunidades escolares, para evitar así que algunos y algunas simplemente sean considerados como menos importantes.
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